Hoy en día, al igual que la televisión en su momento, los
videojuegos están en el punto de mira por las consecuencias que pueden generan
en los niños, sin embargo estudios recientes recalcan las consecuencias
favorables de los mismos.
En este blog vamos a hacer un pequeño listado que iremos
completando con la información que queráis compartir con nosotros hasta
conseguir un gran listado completo; y una posterior reflexión, a la que todos
los que visitéis esta página estáis invitados a participar mediante los
comentarios.
Como puntos fuertes o consecuencias positivas destacamos a
priori las siguientes:
Desarrollan el instinto de superación del niño.
Aumentan su rapidez de razonamiento y estimulan su
concentración.
Desarrollan sus reflejos y agilidad mental y mejoran la
coordinación manual.
Promueven el trabajo en equipo en el caso de los juegos para
varios jugadores.
Muchos están pensados con fines educativos, así que, a la
vez que juegan, aprenden sobre todo tipo de disciplinas.
Jugados en familia, pueden ayudar a estrechar lazos y pasar
tardes súper divertidas.
Y tampoco hay que olvidarse de en esencia su primera
consecuencia positiva, lo bien que se lo
pasan los pequeños (y también no tan pequeños) pasando el rato con los
videojuegos.
Sin embargo, toda moneda tiene dos caras, y no se puede
reflexionar sobre algo sin ver su totalidad, por lo que ahí va un listado de
posibles consecuencias negativas y sus posibles soluciones:
El niño puede acabar volviéndose un adicto, dando constantes
muestras de ansiedad y nerviosismo. Esta dependencia también le hará dejar de
relacionarse con sus amigos y de prestar atención a su entorno.
Los niños pueden quedar expuestos a contenidos no aptos para
su edad, porque algunos videojuegos contienen escenas de sexo, violencia,
juego, utilizan lenguaje soez, etcétera.
Existe riesgo de sobrepeso u obesidad debido al sedentarismo
al que obligan la mayoría de los videojuegos.
Al conectarse con otros jugadores a través de Internet,
pueden conocer a gente indeseable o facilitar datos que no deberían.
Y una última pega que no es moco de pavo: las consolas son
productos caros, y los videojuegos, también.
Llegado el tiempo de la
reflexión, vamos a intentar ver el lado bueno o las soluciones a las
consecuencias negativas:
Respecto al primer punto,
ciertamente el niño tiene un riesgo de volverse adicto, ya que quizás todavía
no tiene el autocontrol suficiente. Sin embargo, esta pega también nos brinda la oportunidad de educar
al niño en la administración de los placeres vs los quehaceres, ya que niños,
adolescentes, adultos… siempre vamos a tener cosas que vamos a querer hacer,
pero debemos aprender que no podemos dejar todo de lado y hacer lo que
queramos. Los videojuegos, administrando el tiempo de juego por un adulto
responsable del niño, pueden enseñarle la importancia de las prioridades y que
además, es mejor no dedicarle mucho tiempo seguido e indiscriminado a un hobby
para acabar disfrutándolo mejor.
En cuanto a la exposición al
lenguaje soez, ha pasado mucho desde “la primera palabrota en los videojuegos”
que fue ese ¡Pero qué coño!" que espetó Solid Snake en 'Metal Gear Solid'.
Hoy en día, la violencia y el lenguaje soez sobre todo están a la orden del día
en los videojuegos. Sin embargo intentar aislarlos de estos contenidos va a ser
una ardua tarea, con el control que tienen de internet y la cantidad de
información que por el circula, además de todo lo demás, muy posiblemente el
niño va a tener contacto con estos temas, y quizás intentar protegerlo de ello
despierte más su interés y quiera acercarse más debido a su espíritu de
rebeldía. Proponemos que en vez de alejarlo de “lo malo”, lo eduquemos en
valores y le enseñemos a discernir conductas imitables de conductas no
deseadas, fomentar su capacidad de juicio, y eso empieza por mostrarle
confianza y no sobreprotegerlo. Si queremos que el niño crezca hay que ir
dándole oportunidades de automanejo.
De igual modo, al igual que expuestos
a contenidos “para mayores”, en los juegos online, como ahora son la mayoría,
también existe el riesgo de que conozcan a gente indeseable. Igualmente, asilar
al niño de la realidad quizás no sea la mejor opción, gente “mala” hay en
cualquier sitio, hay que educar al niño para que sepa con quien juntarse y con
quien no, y si juega con alguien indeseable los juegos no ponen muy difícil la
opción de “bloquear” el contacto con otro jugador. En cuanto a la facilitación
de datos, es otra cosa que los niños deben aprender, no la desconfianza en sí,
sino la reflexión antes de una confianza prematura para facilitarle a alguien
algo que nos pida.
El sedentarismo es algo que
ciertamente pueden provocar los videojuegos, por lo que hay que intentar que el
niño combine los videojuegos con salir al parque, jugar con amigos… además
conscientes de esto, han salido al
mercado videojuegos con una gran acogida basados en obligar al usuario a
moverse o simular practicar deportes.
Están reflexiones a priori
todavía están incompletas y se decantan claramente a favor, por eso queremos
que nos ayudéis a mejorarlas con vuestras opiniones, comenta!
LUIS MALLEN
LUIS MALLEN
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